martes, 14 de octubre de 2014

El fariseo y el publicano

   A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;  ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.


 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Actividades

1. Realiza las siguientes actividades:


  • Completa el crucigrama de la izquierda con las palabras que faltan en cada oración
  • Ayuda al publicano a cruzar el laberinto para llegar al templo.
  • Completa la parábola descifrando cada letra a trevés de los números



2. Colerea el siguiente dibujo



No hay comentarios:

Publicar un comentario